Desde que hace treinta y ocho años los doctores Edwards y Steptoe lograran la fecundación humana en un laboratorio e hicieran posible el nacimiento del llamado primer “bebé probeta”, la reproducción asistida y las técnicas que lo hacen posible no han hecho más que avanzar.
Los ciclos de fecundación in vitro (FIV) consisten en que un espermatozoide fecunde el óvulo fuera del vientre de la mujer. Una vez realizada tal operación –siempre siguiendo unas condiciones idóneas para que la selección natural fluya, aunque en un laboratorio- y ya con el gameto femenino fecundado se obtienen los embriones. Es el momento entonces de transferirlos al útero materno y observar si alguno implanta como es debido para lograr una gestación.
Precisamente ese es una etapa importante que a muchas pacientes inquieta. Es la betaespera, como se le denomina al transcurso del tiempo desde la transferencia hasta que se realiza la prueba de embarazo. Muchas futuras mamás no saben cómo actuar durante ese periodo y las dudas les asaltan hasta el punto que hay quien teme incluso ir al baño por miedo a perder los embriones.
En este sentido, los profesionales de EasyFIV enviamos desde estas líneas un mensaje de tranquilidad. Evidentemente, cada caso es un mundo, pero en general, no es necesario pasar a un reposo absoluto ni meterse en la cama hasta nueva orden. Si bien siempre se debe aplicar el sentido común y evitar levantar peso y realizar actividades que impliquen un esfuerzo físico extra, como por ejemplo, empeñarte en llevar a pulso los doce cartones de leche desde el supermercado a casa.
Las mujeres que están esperando resultados durante la betaespra –valga la redundancia- pueden salir a caminar de manera moderada y, en resumidas cuentas, llevar una vida normal de embarazada.
La faceta emocional
En todo caso, se trata de un periodo que puede generar cierto estrés dado que no queda más remedio que esperar. Ahora bien, no es recomendable estar las 24 horas del día pensando en el ciclo. Conviene también despejar la mente, quedar con familiares y amigos e intentar rebajar los nervios. El sentimiento de bienestar será mayor y la espera se hará previsiblemente más corta.